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A todos nos pasa que nuestra computadora empieza a alentarse y no sabemos por qué. Si está dentro de nuestras posibilidades, le llamamos al técnico y lo primero que hace es revisar que nuestros controladores estén actualizados. Y resulta que ese era el problema: habían pasado meses o años desde que hicimos la última actualización.
Los controladores son piezas de código informático que hacen que tu equipo reconozca e interactúe con los componentes del hardware, como adaptadores de red, tarjetas gráficas y discos duros, así como dispositivos externos como impresoras, mouse, teclados y monitores.
Muchos dueños de pequeñas y medianas empresas sólo necesitan que sus computadoras funcionen cuando y como necesitan que lo hagan. En realidad, la mayoría de los negocios que funcionan día a día se concentran más en las tareas importantes que en tratar de averiguar por qué sus equipos están lentos y sus documentos no imprimen, y no suelen tener tiempo de ponerse a pensar en ello. Ahí es cuando conviene llamar al soporte técnico, pero es posible que, como dueño de una pequeña empresa, no puedas darte el lujo de hacerlo. Entonces, ¿qué es lo que sí podés hacer?
La manera más directa de resolver el problema y estar al tanto del estado de los controladores de tus equipos, es utilizar las herramientas integradas de Windows. Por ejemplo, Windows 10 es muy bueno porque actualiza los controladores de forma automática, detecta e instala los controladores integrados en el sistema operativo o bien a través de los módulos Actualizaciones de Windows y Administrador del dispositivo. También podés acudir a los centros del fabricante para descargar los controladores que necesites y agregarlos manualmente.
Los controladores dejan de funcionar por numerosas razones, desde actualizaciones y fallas del sistema, hasta instalaciones mal hechas. Actualizaciones de Windows es una de las herramientas más seguras para mantener al día los controladores, pues cuando la utilizás, estás obteniendo los controladores desde los fabricantes del sistema, que han sido probados y certificados por Microsoft.
Actualizaciones de Windows es muy fácil de usar. Para comenzar, hacé clic en Configuración, luego en Actualizaciones y Seguridad, y después en Buscar actualizaciones. Si hay nuevos controladores disponibles, se descargarán e instalarán automáticamente (mientras que tu sistema esté configurado para hacerlo).
Si querés actualizar controladores para dispositivos periféricos, podés usar la herramienta Administrador del dispositivo. Para hacerlo, abrí el menú de Inicio, buscá la pestaña de Administrador del dispositivo y hacé clic en ella. Hacé doble clic en el tipo de dispositivo que buscás y luego hacé clic derecho. El controlador debería descargarse. Las descargas comienzan al hacer clic derecho dependiendo de la versión de Windows que tengas.
Mientras tanto, si no podés encontrar un controlador a través de Actualizaciones de Windows o Administrador del dispositivo, tendrás que dirigirte al sitio web de la empresa que fabricó el dispositivo y buscarlo, descargarlo e instalarlo manualmente.
Aunque estas son las soluciones más directas, existen otras maneras, como las herramientas externas, de ayudar a automatizar el proceso y asegurar que estés al corriente con las actualizaciones de los controladores. Sin embargo, la mayoría de los profesionales te dirá que es mejor no tratar de arreglar lo que no está roto, y te aconsejarán no gastar dinero en estos programas, ya que existen muchas herramientas gratuitas.
Entre las herramientas gratuitas, o herramientas con versiones gratuitas, podemos encontrar DriverMax, Snappy Driver Installer y Driver Booster por nombrar unas cuantas. Aun así, si estás dispuesto a invertir algo de dinero, podrías considerar TweakBit Driver Updater, que cuesta alrededor de dos mil pesos, Avast Driver Updater, que cuesta tres mil trescientos, o incluso la versión profesional de DriverMax, de mil cuatrocientos pesos más o menos, dependiendo de los descuentos.
Las versiones de paga ofrecen un poco más de funcionalidad y libertad, pero todas te ayudarán a garantizar que tus equipos y sus controladores funcionen adecuadamente y estén actualizados. La paz mental de saber que todo está funcionando es gratis, o cuesta menos de cinco mil pesos al año. Es una situación ideal.
Los propietarios de pequeñas empresas que no disponen de un servicio de soporte técnico, necesitan tener la tranquilidad de que sus sistemas seguirán funcionando a la perfección. Lo último que necesitás es que tu impresora deje de funcionar justo el día que debés entregar una cotización, o que tu monitor se congele cuando estás a punto de tener una videoconferencia. Igual que sucede con el aceite del motor del auto o el aire de las llantas, es necesario mantener tus equipos bien cuidados y listos para usarse.