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La red inalámbrica es una herramienta potente para conectarnos con otros, tanto así que casi todos tenemos una red doméstica. Sin embargo, la conectividad también viene con ciertos riesgos, desde vecinos tacaños que busquen conectarse a tu red (y hacerte responsable de la cuenta y las páginas que ven) hasta hackers que aprovechen una red vulnerable para insertar un malware o robar información.
También hay que tener en cuenta las redes de bots, como Monerodownloader, la cual encabeza la lista de grupos de botnets activos (42 millones) seguida de Necurs (34 millones) y Tempedreve (20 millones). Estas redes pueden aprovecharse de las redes domésticas vulnerables para acceder a dispositivos y utilizar sus recursos, por ejemplo, para minería de criptomonedas sin que sus usuarios se den
El internet WiFi se encuentra en todas partes: cafeterías, restaurantes, centros comerciales, aeropuertos, hoteles; incluso algunos parques y exposiciones. La posibilidad de conectarte en todas partes puede ser atractiva para trabajar donde sea o al menos distraerte mientras esperás; no obstante, la apertura de las redes públicas también las hace blancos a ataques de hacker y fallas de seguridad.
A todos nos agrada la idea de poder estar varias horas en un establecimiento conectados a una WiFi gratuita sin gastar nuestros datos, pero si llegaras a estar consciente del peligro al que te exponés, quizás lo pensarías dos veces antes de conectarte a ciertos sitios o realizar ciertas acciones en línea.
Tampoco se trata de quedarte atado a la red de tu casa u oficina, pero si querés navegar seguro mientras estás fuera, seguí leyendo para conocer los riesgos de una conexión a una WiFi pública. Primero, repasemos el funcionamiento de este tipo de redes.
Hay pocas cosas tan irritantes como perder u olvidar la contraseña de tu Wi-Fi. Encima, siempre parece suceder en el peor momento posible. Tener a la mano tu contraseña Wi-Fi puede ayudarte a conectar un nuevo dispositivo a tu red o limitar el acceso por razones de seguridad, entre otras cosas.
Entonces, ¿qué hacés cuando no podés encontrar tu contraseña? Preparamos esta guía para responder a esta pregunta y volver a conectarte para que puedas seguir trabajando, jugando y viendo tus programas favoritos.
El internet inalámbrico es una necesidad más que un gusto en estos días. Ya sea para jugar, mantenerse en contacto con amigos, investigar para un proyecto escolar o trabajar en tu horario de 9 a 5; la mayoría de nosotros estamos en la web en nuestro día a día. Es difícil imaginar un momento en el que Internet no fuera una característica dominante de nuestras vidas.
El WiFi es parcialmente responsable de ese aumento dramático, porque facilitó a los usuarios el acceso a Internet. De hecho, los puntos de acceso WiFi públicos ayudaron a democratizar la web, pues brindaban una oportunidad para que las personas se conectaran en lugares como bibliotecas y cafés [1].
Pero ¿qué pasa con el WiFi de tu hogar? La conveniencia de tener Internet al alcance de tu mano es importante y, para muchos, indispensable.
Pese a lo que algunas personas puedan decirte, no es necesario que contrates a un profesional para configurar un router inalámbrico básico en tu hogar. La mayoría de las veces, podés hacerlo vos mismo en cuestión de minutos sin la ayuda de un experto.
Seguí leyendo para conocer los pasos que te llevarán desde encender tu dispositivo hasta usar un navegador web de manera segura. Esta guía de configuración de routers inalámbricos funciona para las principales marcas de routers del mercado y se recomienda para redes domésticas con necesidades de seguridad estándar.