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Tanto las fotografías como los videos pasan por distintas etapas para alcanzar la mejor calidad posible. La última de estas etapas es la posproducción, donde todo el esfuerzo anterior se edita con la intención de obtener imágenes nítidas con colores vibrantes listas para ser presentadas, publicadas o impresas.
Este es el último punto en donde un creador o un equipo dan el empuje necesario a su producto. Por lo tanto, es importante contar con las herramientas adecuadas para obtener el resultado más certero.
Si bien los tipos de lentes, las cámaras, los reflectores y otras cosas son importantes en la producción, un monitor profesional para la postproducción será igualmente valioso.
En los últimos años se ha hablado de la importancia de un buen monitor en cuestiones de gaming, pero cuando consideramos un monitor para editar fotos en PC, estamos hablando de cuestiones completamente diferentes.
Principalmente, lo que se busca es que la pantalla pueda mostrarnos colores fieles a la foto original, de manera que tu trabajo se vea igual de bien en tu computador como en línea o impreso.
Si quieres conocer los aspectos que debes tener en cuenta para tener un excelente monitor para editar fotos y videos, continúa leyendo.
Un monitor con más pulgadas te permitirá ver más detalles de tu trabajo y visualizar las herramientas y barra de tareas sin mayor problema; pero si el monitor rebasa tu campo de visión tendrás que voltear la vista constantemente, lo que no sólo te ocasionará malestar en el cuello, sino que te impedirá apreciar el trabajo en su totalidad.
En general se recomiendan pantallas arriba de las 24 pulgadas, con 27 pulgadas como un estándar.
Algunas personas también consideran trabajar en dos pantallas (con el mismo tamaño) a fin de poder desenvolverse a sus anchas entre la imagen y su respectiva edición. Para saber más sobre monitores duales, te recomendamos leer nuestra Guía de compra para monitores duales.
Ten en cuenta que el tamaño y la resolución no son sinónimos: un mismo tamaño puede tener diferentes resoluciones. La resolución mide el número de pixeles que puede mostrar una pantalla de manera horizontal y vertical. A su vez, la cantidad de pixeles representan cuánta información de la imagen podemos observar.
Como regla general, una mayor resolución significa más información y por lo tanto una imagen más clara. Pero ten en cuenta que no es lo mismo tener una resolución QHD en una pantalla de 27 pulgadas que en una de 32 pulgadas, pues se trata de un mayor espacio. Por ello es importante considerar un equilibrio entre el tamaño y la resolución.
Un parámetro recomendado es:
24 pulgadas con una resolución de 1920 x 1080
27 pulgadas con una resolución de 2560 x 1440
32 pulgadas con una resolución 4k (3840 x 2160)
Como mencionamos anteriormente, para la edición de fotos profesional es sumamente importante que los colores en nuestra pantalla sean lo más fieles posibles a la fotografía original. De ahí que debas tener cuidado con ciertos aspectos como el espacio de color, la profundidad de color o el valor Delta E.
El espacio de color es una manera de en que se organiza el color, los conjuntos de colores que es capaz de captar tu equipo. Un espacio de colores más amplio dará como resultado una imagen más clara y una corrección de color más precisa. Es importante que el espacio de color del monitor sea igual o mayor al de la cámara, pues de lo contrario se reducirá el nivel de detalle.
En lo que respecta a la tecnología, los espacios de color más utilizados son sRGB y Adobe RGB. Por lo general, sRGB funciona bien para trabajos que terminarán en línea, pero Adobe RGB es el estándar en cuanto a imágenes impresas. Así pues, Adobe RGB sería la mejor opción para contar con una mayor claridad y una buena corrección de color.
Si tienes planeado imprimir tus fotografías, consulta nuestro artículo Los 10 mejores programas gratuitos de software de impresión de fotografías.
Por su parte, la profundidad de color expresa cuántos bits tiene la pantalla para poder reproducir una imagen. Más bits indican más tonalidades y, por lo tanto, una mayor fidelidad a la imagen original. Por ejemplo, 8 bits ofrecen 16.7 millones de colores, mientras que 10 bits te brindarán mil millones, mientras que 14 bits proporcionarán 4.39 billones de colores.
Los monitores profesionales para edición cuentan con una tabla de consulta o LUT que nos puede indicar cuántos bits maneja el monitor en cuestión.
En términos generales, Delta E indica hasta qué punto el ojo humano puede detectar la diferencia de un color a otro y sus valores oscilan de 0 a 100. Llevado a la edición de fotos, este valor nos indica qué tan cerca está el monitor del color verdadero.
El ojo puede detectar hasta un Delta E 3, los valores más bajos serán prácticamente imperceptibles. Por ello, mientras menor sea este valor, el color será más preciso.
Además del color, existen otros factores que pueden influir en la percepción del proyecto que deseas editar, por ejemplo, la textura de la pantalla y el tipo de panel. En el caso de la textura, encontrarás dos opciones: brillante o mate.
Las pantallas brillantes son excelentes para ver series o jugar videojuegos porque ofrecen colores nítidos y vibrantes. El asunto es que son pantallas reflejantes, lo que puede resultar aún más incómodo si trabajas en un lugar muy iluminado. Por eso, es preferible optar por una pantalla mate o una con un tratamiento anti-reflejante.
El tipo de panel del monitor también puede ser un factor a tener en cuenta. Existen diferentes tipos como Twisted Nematic (TN), Vertical Alignment (VA) y Standar Dynamic Range (SDR), el más común de todos.
En lo que respecta a la edición de fotos, se recomiendan los paneles In-Plane Switching (IPS) ya que reproducen el color con mayor cercanía a la realidad y suele tener una buena proporción entre contraste y su ángulo de visión es amplio.
Adicionalmente, es esencial verificar que el color y brillos sean homogéneos en toda la pantalla. En ocasiones, sucede que los valores de la imagen se alteran en las esquinas, pero no nos percatamos si estamos viendo una película. No obstante, entenderás que esto puede alterar tu percepción de la imagen al momento de editar.
Otro punto importante es que el monitor cuente con opciones de calibración, ya que por lo general los ajustes de los monitores se modifican con el paso del tiempo. Calibrar tu monitor te permite verificar que cuentas con la configuración correcta para editar fotos y video.
Por ejemplo, los monitores profesionales te permitirán una “calibración de hardware”. También puedes emplear un colorímetro, el cual permite medir y ajustar el color de la pantalla.
Al trabajar con fotografía o video, cada una de las etapas de creación requiere de herramientas precisas. En el caso de la postproducción y edición un monitor con las especificaciones para una correcta visualización de tu proyecto resulta fundamental.
Lo primero es tener en cuenta el tamaño y resolución del monitor, pero si deseas un resultado increíble que puedas compartir tanto en digital como en impreso es importante tener en mente los aspectos que influyen en el color de la imagen, así como la manera en la que se proyecta en la pantalla.
Incluso, los profesionales te recomendarán calibrar tu equipo para asegurarte de que cuentas con la configuración adecuada para editar. Si bien estos detalles pueden parecer bastante técnicos, conocer la manera en que los ajustes de tu monitor intervienen en la edición te permitirá tener un mejor control del resultado final.