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Los motores de búsqueda guían gran parte de nuestra navegación en Internet y las empresas han buscado la manera de aprovecharlos para mejorar su posicionamiento y mostrar anuncios relevantes a los usuarios. Con el tiempo, estos motores han evolucionado e incorporado nuevas funciones para mejorar la experiencia de búsqueda.
Ahora, la inteligencia artificial (IA) ha dado pasos agigantados, presentando nuevas herramientas que podrían cambiar los motores de búsqueda tal y como los conocemos. De la misma manera en que los motores de búsqueda cambiaron la forma en que buscábamos información hace unas décadas, la IA podría revolucionar la manera en que realizamos búsquedas en línea.
En este artículo, explicaremos cómo funcionan los motores de búsqueda más populares, lo que podría añadir con los nuevos adelantos de IA como ChatGPT3 y el más novedoso ChatGPT4, así como la nueva carrera tecnológica por gestionar el motor de búsqueda del futuro, uno que incorpore la inteligencia artificial.
Puede que los uses todo el tiempo, pero no siempre resulta sencillo explicar qué son. Los motores de búsqueda son sistemas informáticos que recopilan la información disponible en los servidores web y la distribuye a los usuarios por medio de ciertos criterios de clasificación e indexación conocidos como crawling.
El primer motor de búsqueda en Internet fue Archie, lanzado el 10 de septiembre de 1990. Sin embargo, hoy en día, el gigante de las búsquedas en línea es Google, que según un estudio de StatCounter en junio de 2022, alberga el 91,88% del mercado mundial de búsquedas. Los siguientes en la lista son Bing (3,19%), Yandex (1,52%), Yahoo (1,33%), Baidu (0,76%), DuckDuckGo (0,64%) y el resto de buscadores, que recopilan el 0,68% restante.
Para realizar una búsqueda en línea, el usuario escribe una pregunta o palabras clave y el motor de búsqueda arroja resultados de la web que dirigen a las páginas que contienen la información. El motor utiliza criterios como la autoridad del sitio, la calidad del sitio web y el número de lectores para asignar un rango a cada página y mostrarlas en un determinado orden.
De esta manera, el usuario encontrará accesos al contenido de otras páginas externas, que han sido seleccionadas por el motor según los resultados que mejor coinciden con la pregunta y que provienen de sitios con cierta autoridad. Posteriormente, estos resultados son seleccionados o discriminados mediante una lectura minuciosa.
Ahora bien, la inteligencia artificial se ha vuelto parte de nuestro día a día de muchas maneras, y una de las más tangibles son los asistentes personales, como Alexa, Google Assistant, Cortana y Siri. Estos asistentes son capaces de ejecutar tareas y resolver preguntas mediante comandos de voz. Incluso puedes conversar con ellos y hacerles peticiones cuya respuesta te sacará una sonrisa, como pedirles que canten Las mañanitas.
Además, dichos asistentes también pueden integrarse con el Internet de las cosas (IoT) para automatizar tareas en hogares inteligentes y espacios de trabajo. Otro uso de la IA se encuentra en los bots conversacionales o chatbots, los cuales simulan tener una conversación en tiempo real con el usuario y se utilizan, entre otras cosas, para resolver preguntas frecuentes de servicio al cliente.
La IA también ha incursionado en la industria del contenido multimedia como una herramienta para crear video, imágenes, audio y texto, lo que sigue generando debate, especialmente en cuanto a los derechos de autor. En la actualidad, es posible incluso editar video y audio utilizando la inteligencia artificial.
Como hemos visto previamente, la IA hace muchas tareas por nosotros en la actualidad. Sin embargo, en noviembre de 2022, volvió a estar en boca de todos y causó revuelo cuando OpenAI, organización dedicada a la investigación e implementación de la IA, presentó su proyecto ChatGPT3 (Generative Pre-trained Transformer), un prototipo de chatbot especializado en diálogo.
La versión que presentaron el año pasado es capaz de desarrollar análisis de voz y texto; además de brindar respuestas con una naturalidad similar a la del ser humano. Este proyecto puede explicar temas complejos en términos sencillos y coloquiales, elaborar resúmenes y reseñas, hacer traducciones en distintos idiomas, depurar código, entre otras curiosidades.
Por supuesto, también tiene sus limitaciones, ya que al estar alimentado con contenido dentro de la web, las respuestas que proporciona no son completamente confiables (sin mencionar que tampoco muestra las fuentes de donde obtuvo la información) y en ocasiones, la respuesta puede contener comentarios ofensivos o molestos, un tema pendiente por resolver.
No obstante, ChatGPT ha mostrado una nueva forma de obtener información: ya no se requeriría revisar las diversas fuentes que arroja un motor de búsqueda a fin de dar con la información que requerimos, sino que obtendrías una respuesta personalizada basada en los parámetros de tu petición y explicada en un lenguaje sencillo. Esto podría optimizar los tiempos de investigación, pero aún pondría en duda la veracidad de la información.
Incluso se ha especulado la posibilidad de emplear ChatGPT como una herramienta para la creación de contenido. Sin embargo, hay que considerar que existe muy poca variación entre los textos que genera, por lo que los usuarios podrían caer en plagio sin darse cuenta. También es cierto que, en ocasiones, esta herramienta puede tener algunos errores de ortografía y puntuación, aunque en general los textos resultan bastante convincentes.
Los principales motores de búsqueda están considerando la manera en que podrían aplicar la inteligencia artificial para generar respuestas más eficientes, personalizadas y, por supuesto, atractivas para sus usuarios. Esto, a su vez, ha puesto a Google en alerta a fin de no quedar rezagado por la competencia.
Estas empresas tendrán que considerar diversos puntos en relación con “cómo serán las búsquedas en línea en el futuro”, desde la manera en que podrían gestionarse los anuncios, hasta el sistema para atribuir las fuentes de consulta que la IA utiliza al momento de generar sus respuestas.
Como ya hemos mencionado, la posibilidad de tener la IA dentro de los motores de búsqueda ha desatado una carrera entre las principales empresas del sector y algunos emprendedores, quienes compiten por posicionarse como el motor que atraiga la mayor cantidad de búsquedas mundiales impulsadas por la IA. A continuación, algunos ejemplos destacados:
De hecho, sabemos que Google desarrolló su propio bot conversacional, el conocido LaMBDA (Languaje Model for Dialogue Applications o modelo de lenguaje para aplicaciones de diálogo), que causó revuelo cuando el ingeniero de Google encargado de probar esta IA, Blake Lemoine, aseguró que esta red neuronal tenía consciencia, lo cual posteriormente fue desestimado por los vicepresidentes de Google, Balise Agüera y Arcas y Jen Gennai.
Si bien Google mostró ciertas dudas sobre las implicaciones de aplicar IA en su motor de búsqueda, ahora esa precaución ha quedado en un segundo plano y en las últimas semanas ha anunciado Bard, un sistema experimental que también funciona como chatbot. Si bien por el momento las regiones e idiomas están limitadas, algunos usuarios comienzan a tener acceso a esta herramienta.
Bard tiene la habilidad de dar distintas respuestas sobre un mismo tema, pero también tiene limitaciones para cuidar de su calidad y seguridad. Actualmente se evalúa, mediante retroalimentación humana, y la cantidad de interacciones en un diálogo está limitada. Además, puede hacer comentarios sobre sus propias respuestas o advertir cuando cierta información no es tan confiable.
Por su parte, Microsoft anunció nuevas versiones de Bing impulsada por IA y del navegador Edge. Entre los cambios que promete se encuentra una experiencia de búsqueda mejorada, en la que se ofrecen resultados más relevantes para temas simples y una barra lateral para respuestas más complejas si así se desea. También se incluyen resúmenes de la respuesta buscada, un chat interactivo que permita refinar la búsqueda con enlaces disponibles, e incluso la posibilidad de apoyarte en la creación de contenido.
Incluso empresas de menor tamaño como Perplexity se han unido a esta nueva carrera tecnológica. Perplexity IA, el motor de búsqueda que integra IA conversacional, no solo permite una búsqueda fluída a modo de chat, también presenta las fuentes de consulta a las que ha recurrido en tiempo real.
Este buscador también permite hacer nuevas preguntas a partir de la consulta inicial, de tal manera que se pueda obtener una respuesta específica sin necesidad de replantear la pregunta. Perplexity IA se encuentra en fase beta y aunque aún tiene problemas de fiabilidad, se posiciona como un competidor al que hay que considerar.
En lo que respecta a la creación de contenido, Jasper es una herramienta que está cobrando popularidad para crear blogs, mejorar el copy de ads, páginas web y correos, generar contenido rápidamente para emprendedores, entre otras aplicaciones que requieran de contenido escrito donde la agilidad de esta herramienta resulta sumamente atractiva.
Esta herramienta está disponible en español y otros 25 idiomas diferentes y utiliza procesamiento de lenguaje natural, aprendizaje automático y redes neuronales profundas para generar textos originales con un lenguaje sencillo y técnicas de copywriting.
Así pues, parece que ChatGPT no es un simple tema de comidilla que se irá olvidando; las aplicaciones de la IA para hacer sistemas conversacionales en los motores de búsqueda y optimizar la consulta de información podría cambiar la manera en la que navegamos por Internet.
Actualmente, estamos acostumbrados a motores de búsqueda que nos presentan una curaduría de páginas en la web que pueden empatar con las palabras clave de lo que estamos buscando. No obstante, los avances de la inteligencia artificial podrán llevarnos a una nueva experiencia de búsqueda más rápida, concisa y personalizada.
Esto se debe principalmente a los chatbots impulsados por IA como ChatGPT o LaMBDA que no se limitan únicamente a referirnos respuestas cortas de temas concretos como en los sistemas automatizados de atención al cliente que utilizan diversas empresas; sino que se alimentan de la información que hay en línea para generar respuestas concretas en tiempo real y con un lenguaje sencillo que casi replica la comunicación humana.
Si bien aún rondan varias dudas sobre su uso ético y responsable, así como la fiabilidad de la información que presenta, sin duda la IA ha presentado una idea disruptiva que ha cambiado el juego para los motores de búsqueda.