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Las cookies informáticas son una tecnología integral que respalda la experiencia moderna de navegación en línea. Los buscadores y compradores en línea de hoy se benefician de las cookies del navegador, pero es posible que muchos aún no comprendan completamente qué son o cómo funcionan en segundo plano para ayudar con tu experiencia diaria. Además, es probable que muchos no conciban del todo el vínculo entre las cookies web y su actividad de navegación, así como las implicaciones asociadas a privacidad y seguridad de datos.
Revisa la infografía de cookies de Internet que mostramos a continuación para comprender mejor esta tecnología ubicua que sostiene la navegación web moderna.
Las galletas (cookies en inglés) pueden ser deliciosas como bocadillo, pero ¿qué pasa con el otro tipo de galleta? Las cookies digitales son una parte esencial de cualquier experiencia de navegación en Internet. Una cookie de computador también puede denominarse cookie HTTP, cookie web, cookie de Internet o cookie del navegador, pero todas se refieren a lo mismo: una forma de rastrear tu actividad en la web.
Cuando visitas un sitio, un servidor web transfiere un pequeño paquete de datos al navegador de tu dispositivo: una cookie de computador.
Este paquete de datos está diseñado para recordar información sobre ti, incluido un registro de visitas y tu actividad en la web. Es importante comprender cómo funcionan y cuándo debes intervenir para administrar la manera en que el navegador almacena estos paquetes de información.
Si bien a veces tienen una mala reputación, no son necesariamente malas. De hecho, ayudan a personalizar la experiencia en sitios web para ti y realizan un seguimiento de tus hábitos de navegación, mientras te mueves por cada sitio. De la misma manera, reconocen tu computador y mejoran la usabilidad de las páginas.
Por ejemplo, si un sitio web almacena cookies sobre tu ubicación, este te mostrará información geográfica relevante [2]. Dicho esto, las cookies tienen aspectos positivos y negativos que pueden generar opiniones divididas.
Estas están diseñadas para almacenar datos durante un período prolongado. Cada cookie persistente viene con una fecha de vencimiento, que va desde unos pocos días hasta varios años después de tu visita al sitio.
Cuando inicias sesión en un sitio y le pides que recuerde tu información, una cookie persistente almacena tu nombre de usuario y contraseña, lo que te permite iniciar sesión más rápido en el futuro.
Las cookies de sesión son temporales y se eliminarán cuando cierras tu navegador.
Cuando estás comprando en línea en un sitio específico, una cookie de sesión mantiene los artículos que has seleccionado en tu carrito de compras, incluso si haces clic en diferentes páginas.
También conocidas como cookies de seguimiento, recopilan datos sobre tu comportamiento en línea. Posteriormente, estos datos pasan al sitio web que creó la cookie para obtener información publicitaria.
Imagina que miras un par de zapatos en un sitio web pero no los compras. Las cookies de terceros almacenan tu información de visualización en línea y la transmiten a los anunciantes. Al día siguiente, verás un anuncio en tu cuenta de redes sociales para el mismo par de zapatos que estabas buscando. No es magia, son cookies de terceros.
Una supercookie es, valga la redundancia, un tipo "super" de cookie de seguimiento que no se almacena en el nivel del navegador [4], sino en el nivel de la red. Estas pueden viajar a través de distintos navegadores y son permanentes. El mayor riesgo de las supercookies es que pueden acceder a información como tus hábitos de navegación, credenciales de inicio de sesión y cachés de imágenes incluso después de haber eliminado las cookies.
La mejor manera de defenderte y defender tus datos contra las supercookies es mediante una conexión cifrada o una red privada virtual (VPN).
¿Quieres saber cómo administrar tus cookies en tu navegador? Sigue los pasos a continuación.
No necesitas bloquear todas las cookies porque hay algunos casos, como ya se mencionó, en las que son útiles. Por ejemplo, es beneficioso mantener cookies con tus credenciales de inicio de sesión en sitios, como Facebook® o tu plataforma de correo electrónico, para que puedas iniciar sesión fácilmente sin tener que ingresar tu nombre de usuario y contraseña.
Otra opción es elegir qué cookies deseas bloquear. Elige una configuración que controle la cantidad y los tipos de cookies para que tu experiencia en línea sea segura pero funcional.