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Desde impresoras hasta routers inalámbricos y dispositivos de streaming, el software que mantiene estos productos funcionando sin problemas se llama "firmware", también llamado “soporte lógico inalterable”. Se ejecuta silenciosamente en segundo plano, lo que significa que es posible que ni siquiera te des cuenta de que existe. Sin embargo, sin él, tu equipo no ejecutaría su función correctamente.
El firmware es diseñado e instalado por el fabricante antes de comprar el dispositivo y está hecho para ser relativamente sencillo. No necesitas tener ningún conocimiento técnico para que funcione y haga lo que debe hacer.
A medida que el fabricante de tu equipo crea un firmware más nuevo y mejor, las actualizaciones agregan o reescriben el software existente en el dispositivo para que funcione con la máxima eficiencia y seguridad. Como ocurre con cualquier software, las actualizaciones son un hecho de la vida digital. Si es necesario resolver una falla conocida o se crea un nuevo parche de seguridad, el firmware que has instalado previamente dejará de ser el adecuado.
Dependiendo del dispositivo, las actualizaciones de firmware pueden ser poco frecuentes y ocurrir una vez durante toda la vida útil del dispositivo. También pueden suceder con más frecuencia para dispositivos que acceden a Internet o que necesitan actualizarse continuamente con nuevas funciones de seguridad.
Una de las primeras señales de que un fabricante ha dejado de dar soporte a un dispositivo, o lo ha retirado de sus equipos de desarrollo, es que deja de realizar actualizaciones de firmware. Si compras un router más antiguo, por ejemplo, puede funcionar bien durante un tiempo. Pero si el dispositivo no cuenta con el soporte del fabricante, eventualmente podría volverse inestable o defectuoso.
Si el fabricante no realiza una nueva actualización de firmware para solucionar problemas, se considera al dispositivo un elemento obsoleto. Debido a esta práctica, muchos productos perfectamente funcionales se desempeñan bien cuando se trata de hardware, pero el software (o el firmware) los hace obsoletos.
El firmware se puede clasificar según el trabajo que realiza o el dispositivo que administra. Por ejemplo, es posible que tengas una actualización del firmware de la impresora y que esté diseñado únicamente para brindar protección de seguridad actualizada contra un nuevo virus, que se ha descubierto que apunta a las impresoras como una puerta trasera a tu red o simplemente para enviar faxes no deseados.
Los dispositivos que usan firmware incluyen:
Las actualizaciones pueden variar en tamaño y las actualizaciones más robustas pueden ser tan grandes como el archivo de firmware completo en sí. Pueden incluir muchas correcciones diferentes, desde agregar funcionalidad hasta corregir errores.
Dependiendo del dispositivo, tendrás un método diferente para verificar las actualizaciones de firmware disponibles. Algunos dispositivos se actualizan automáticamente. Si alquilas un router inalámbrico a tu proveedor de servicios de Internet, por ejemplo, es probable que la configuración esté pre autorizada para aceptar actualizaciones a medida que tu proveedor las envía.
Otros dispositivos te darán algún tipo de aviso. Es posible que se encienda una luz, que aparezca un mensaje en la ventana de tu navegador o que recibas un correo electrónico del fabricante indicando que hay actualizaciones de firmware disponibles para tu producto registrado. Si no estás seguro de que hay una actualización disponible, consulta el manual de instrucciones de tu dispositivo para estar al tanto.
Es posible que también puedas verificarlo de una manera más activa. Si el firmware está relacionado con Windows®, las actualizaciones automáticas del sistema operativo pueden manejarlo. El BIOS es un ejemplo de una actualización que ocurre como parte de una actualización automática general de Windows. Si permites que las actualizaciones se realicen de manera oportuna y no las pospones continuamente, los cambios de firmware más importantes deberían ocurrir por sí mismos.
Como mencionamos, cada dispositivo tendrá sus propios procesos de firmware. La mayoría serán automáticos, pero es posible que puedas tomar un enfoque más manual con algunos.
Usando el firmware del router como ejemplo, puedes ir al panel de administrador y verificar la pestaña o pantalla para ver si hay actualizaciones de firmware o software. Es posible que tenga un símbolo de notificación o alerta para indicar que se necesita uno. También se puede configurar para que se actualice automáticamente en una fecha u hora determinada. Consulta la documentación de tu router para obtener instrucciones sobre cómo iniciar sesión en el panel de administración y cómo ejecutar actualizaciones manuales, si es necesario.
Muchos dispositivos pueden tener una pestaña o pantalla de configuración que puedes verificar para ver si hay una versión más reciente de software. Esto también podría indicarse en la pestaña o pantalla "acerca de" o "información". Al buscar la última versión, es posible que te diga si está desactualizada y si hay una actualización disponible para tu dispositivo. Si bien puede ocurrir automáticamente, es posible que debas aceptar los términos y condiciones para que se realice la actualización.
Sabiendo que el firmware es tan vital para el rendimiento de tus dispositivos tecnológicos y computadores, ¿no parece mejor actualizarlo con la mayor frecuencia posible? Si bien ser proactivo tiene su valor, las actualizaciones automáticas pueden adaptarse mejor a tu ajetreado estilo de vida y requerir menos de tu tiempo. Si tienes que comprobar cada uno de tus dispositivos en busca de actualizaciones de manera regular, puede resultar bastante agotador.
Al verificar que tu configuración permite actualizaciones automáticas de firmware, puedes estar seguro de que cuando sea el momento adecuado, tu software obtendrá las actualizaciones que necesitas. También podrás estar tranquilo sabiendo que las actualizaciones han tenido algún tiempo para implementarse y ser probadas por un segmento más amplio de la población de consumidores. Las actualizaciones más nuevas a veces también tienen sus fallos, lo que hace que esta sea un área de la tecnología en la que puede que no valga la pena ser el primero. Por otra parte, posponerlo puede aumentar los riesgos de seguridad y provocar fallas en los dispositivos.