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La enseñanza remota puede ser un salvavidas, sobre todo en tiempos de crisis, pero ni las escuelas ni los maestros pueden adoptar de golpe un sistema de educación a distancia sin que haya que ajustarse al cambio. La adaptación implica planeación, redoblar esfuerzos y dolores de cabeza, y además necesita las herramientas y el software adecuados.
Los estudiantes necesitan conexiones y dispositivos confiables. Por su parte, los maestros deben establecer nuevos estándares y estrategias para conservar la atención de los alumnos. Aquí entran las normas de seguridad y privacidad del usuario, así como las distracciones propias de trabajar en casa, los métodos para entablar una interacción bilateral y los plazos de entrega.
Este mar de complicaciones puede ser difícil de navegar. Los docentes que comienzan a trabajar en línea siguiendo buenas prácticas tienen más probabilidades de ajustarse rápidamente a la enseñanza remota, porque pueden facilitar el aprendizaje cuando la interacción física no es posible. Si esto sucede, las calificaciones de sus alumnos pueden tener una mejoría del 5 al 10 %, y el tiempo que les lleva revisar las tareas puede disminuir de un 30 a un 70 %, según un estudio de Cal Poly [1], en el que participaron 2500 estudiantes.
La enseñanza remota o a distancia sucede cuando no hay una interacción física entre el maestro y el alumno. Los cursos en línea, por ejemplo, utilizan herramientas como programas de videoconferencias y grabación de pantalla.
Los maestros que trabajan a distancia suelen crear videos de pizarra animada donde dan la lección a los niños; esto permite que tanto alumnos como docentes interactúen a larga distancia, ya sea que se trate de lecciones grupales, clases particulares o educación online para todo público.
Hay una gran diferencia entre el homeschooling o la educación en casa que los padres brindan a sus hijos, y los programas educativos a distancia, que son una extensión de la escuela local cuyos maestros son profesionales certificados.
Existen muchas herramientas que facilitan la enseñanza remota, y aunque las instituciones son las que seleccionan, aprueban e implementan los programas de enseñanza en línea, la responsabilidad de brindar una educación de calidad recae en los propios docentes.
Los maestros con quienes hablamos para escribir este artículo usaban distintas estrategias, desde apoyarse en Google Classroom para crear mesas redondas, hasta grabar videos con Youtube y Zoom.
Al principio, la educación a distancia puede presentar ciertas dificultades, algunos experimentos no funcionarán y habrá una curva de aprendizaje para los maestros tanto como para los alumnos. Las siguientes ideas pueden ayudarte a despegar en el aula virtual.
Como dice Steven Covey en su famoso libro, Los siete hábitos de la gente altamente efectiva, “planea el final”. Decide desde el principio si quieres tener una clase a la misma hora todos los días. Algunas escuelas prefieren adherirse a un horario regular para conservar una sensación de rutina. Otras, se inclinan por la flexibilidad que permite tener un sistema de enseñanza en línea.
La enseñanza remota asincrónica [2] aprovecha esta flexibilidad para evitar los procesos de coordinación de horarios con administradores, padres y otros docentes.
Por otra parte, un horario sincrónico [3] permite que el maestro ajuste la clase de acuerdo a la respuesta de los alumnos, tal como sucede en un aula tradicional.
La fórmula exacta para una buena práctica puede ser una combinación de ambos métodos. No importa cuál elijas, debes hacer que tu sistema de enseñanza sea sencillo. Debes estar listo para modificarlo a medida que aprendes por experiencia, tal como sucedería si estuvieras trabajando en un aula física.
¿Todos tus estudiantes están en línea? Debes conocer el estado de su conexión y estar listo para ayudar a los que no tienen un buen servicio de internet. Puedes hacer esto pasando lista con tu plataforma de enseñanza en línea.
Muchos proveedores de internet ofrecen conexión a internet gratuita durante emergencias o situaciones en las que es necesario el distanciamiento social. Puedes comunicarte con los padres de tus alumnos y con el personal de tu empresa IT para asegurarte de que todos pueden acceder a tus clases en línea.
Tal vez debas planear alguna contingencia para situaciones en las que tus alumnos no tengan conexión, como crear tareas y lecciones en formato de texto. Google Drive es una excelente opción de almacenamiento e intercambio de información, ya que, mientras los alumnos puedan descargar tus tareas una sola vez en el día, podrán continuar trabajando aunque no tengan internet.
Averigua si todos tus estudiantes tienen acceso a algún dispositivo. Las laptops HP Chromebook y HP Stream son alternativas económicas y confiables para escuelas que necesiten brindar recursos a alumnos en situaciones precarias.
Para terminar, como siempre suele acechar algún problema técnico, es conveniente tener a la mano el contacto del soporte técnico así como del soporte al cliente de la plataforma educativa que elijas. Esto es imprescindible.
En el contexto de las clases normales, los alumnos saben lo que se espera de ellos: deben llegar a determinada hora, estudiar durante cierto tiempo, cambiar de salón, escuchar con atención y entregar tareas, pero cuando se trata de aprender desde casa, todas estas reglas tácitas se vuelven más ambiguas.
Date el tiempo de pensar creativamente para determinar cómo usarás la tecnología durante tus lecciones. Haz una lista de estándares en relación a la carga de trabajo, los plazos de entrega, los formatos, el acceso al material y otras consideraciones.
Después, descríbelos con claridad en un documento de Google o en Blackboard.com, para que tus alumnos lo tengan siempre a la mano. También puedes editarlos cuando lo necesites, sin que tengas que enviar una tonelada de emails a los alumnos y a sus padres.
En el salón de clases, la participación sucede con naturalidad. Las expresiones faciales, el contacto visual y las esporádicas quejas de tus alumnos son una retroalimentación constante que te permite determinar el progreso de la clase. Pero este fenómeno no sucede por sí solo en un sistema de educación remota, así que deberás tener una estrategia para conservar el interés de tus alumnos durante las sesiones a distancia.
Puedes añadir actividades interactivas que fomenten la participación. Los programas como Flipgrid crean videos que puedes usar en una plataforma al estilo de las redes sociales, para darle una voz propia a cada alumno. También puedes usar simulaciones y pequeños juegos como los que aparecen en el sitio cK-12.org. O bien, grabar videos de pizarra animada en los que los estudiantes puedan hacer comentarios (hemos subrayado algunas opciones excelentes en nuestro artículo “Los mejores programas para grabar pantalla para maestros”).
Algunos docentes también habilitan grupos de conversación o foros para dar cierta chispa a los temas que vienen en el programa. Google Stream es una forma increíble de administrar y añadir interés a las discusiones de clase. Que tus expectativas se amolden al margen de edad de tus alumnos; sin la ayuda de un adulto, los niños más pequeños no tendrán la misma capacidad de concentrarse como sus contrapartes de secundaria.
Supón que haces un video de pizarra animada con Google Classroom Jamboard o Explain Everything, pero en lugar de verlo, tus alumnos se distraen con mensajes de texto de sus amigos, videos de gatitos o jugando a la pelota con el perro. No es difícil de imaginar, ¿o sí?
Ya sea que subas videos explicativos a Youtube o que dés clases con un pizarrón animado en Zoom, no te alargues demasiado. Varias investigaciones sugieren que para que un video pueda conservar la atención del espectador, debe durar de 5 a 15 minutos. Evita saturar a tus alumnos dividiendo las lecciones más largas en etapas de cinco minutos cada una e intercalando preguntas y respuestas así como discusiones.
Para mantener un control sobre los numerosos archivos que tendrás que subir, comienza (y continúa) con una lista de nombres o números que ayude a que los estudiantes no se confundan con el orden de reproducción. Que la logística de la enseñanza remota y los horarios no abrumen a tus alumnos antes siquiera de que pasen a la sección de actividades.
No aburras a la clase con una avalancha de videos de pizarra animada y tareas en línea. Al igual que con las clases físicas, la educación a distancia debe permitir que exista un intercambio de información. Asegúrate de que tus alumnos puedan hacer preguntas y comentarios. Los chats de las videoconferencias son muy útiles.
Algunos de los mejores programas de videoconferencia y screencasting dirigidos a maestros tienen una función para “levantar la mano”. Cisco Webex Meeting, por ejemplo, puede silenciar los micrófonos del grupo hasta que el administrador vea en la pantalla la señal de que un participante quiere hacer una pregunta.
Los estudiantes están muy acostumbrados a hablar por mensaje de texto, así que puedes usarlo como una ventaja. Considera crear un foro donde los estudiantes puedan discutir sobre varios temas mientras tú “espías” lo que escriben y participas cuando alguien necesite ayuda. Algunos maestros usan encuestas como Google Forms para darse una idea del desempeño de sus estudiantes. Muchas de las herramientas de aprendizaje a distancia (ve al número 9 de nuestra lista) incluyen la opción de pedir ayuda vía mensaje de texto.
Para los estudiantes puede llegar a ser difícil cumplir con las expectativas de clase sin una rutina normal. Si no quieres que tu grupo se desmorone, debes establecer fechas límites y respetarlas disciplinadamente. Por ejemplo, la fecha límite de entrega de tareas puede ser todos los días a las diez de la mañana, con pruebas cada jueves a las once.
Los estudiantes mejoran su desempeño con una rutina. Sin ella, es demasiado fácil confundir el aprendizaje a distancia con unas vacaciones prolongadas y una que otra tarea opcional. Un aula exitosa, en línea o en persona, debe ser consistente; los estudiantes podrán probar y aprovecharse de cualquier laguna del nuevo sistema educativo.
No dejes a los estudiantes con el dilema de reprobar la clase o hacer que su familia gaste todavía más. Tus recursos deben ser tan accesibles como te sea posible. Estos pueden ser trabajar con documentos en la nube, como Google Drive o Microsoft OneDrive, para que los estudiantes no tengan que imprimir demasiadas tareas, o procurar que, además de la computadora con cámara web, puedan usar su teléfono o tableta para entrar a la videoconferencia.
Además, con todos los demás ajustes que debes hacer, calificar trabajos escaneados o adjuntos en el correo puede ser abrumador. Tal vez quieras utilizar programas que puedan reunir y calificar tareas, como cK-12 o Newsela.
Para los estudiantes jóvenes que suelen ser más kinestésicos, es inevitable hacer muchas impresiones. Puedes sugerir a la escuela que haga un convenio con alguna papelería.
Las encuestas estudiantiles son una manera brillante de identificar los retos tecnológicos a los que te estás enfrentando. No te haría daño preguntar cuántos hermanos usan el mismo dispositivo, si pueden imprimir y escanear en casa y si pueden asistir diario a las clases, o si sería mejor unas veces por semana con tareas fuera de línea.
Los mejores sistemas de enseñanza remota comienzan con las mejores herramientas para docentes. Aquí están algunos recursos con el sello de aprobado.
Las mejores herramientas de aprendizaje en línea incluyen:
Para tener un buen comienzo en el mundo de la enseñanza remota, necesitarás una buena oficina en casa. Tendrás que teclear mucho más, así que considera un buen escritorio y una silla ergonómica, al igual que una laptop con estación de acoplamiento, monitores duales y una buena conexión a internet. Si quieres más detalles, haz clic aquí para leer sobre cómo armar oficinas en casa para docentes en nuestro artículo de HP Tech Takes.
Con el poder de la enseñanza a distancia viene una gran responsabilidad. Los maestros que trabajan vía remota deben conocer las leyes relacionadas con la educación y con la protección de la privacidad de los estudiantes. Asimismo, deben conocer y seguir la política de seguridad virtual de su escuela.
Envía una responsiva a los padres de familia para que la firmen, y considera grabar las interacciones para prevenir malentendidos. Puedes programar reuniones frecuentes con los padres, como las que facilita Google Classroom y luchar contra la inevitable soledad de tus estudiantes, programando algunos chats regulares.
Ejemplo de responsiva para los padres: “Yo (nombre del padre), autorizo que (nombre del alumno) participe en videoconferencias (como Zoom o Google Hangouts) con (nombre del maestro) para recibir clases o tutorías durante el cierre del plantel educativo”.
La enseñanza no se adapta al sistema remoto como por arte de magia. Si no se desarrollan con cuidado, los sistemas de educación a distancia pueden toparse con obstáculos como una mala conexión, ausentismo y alumnos que tienen problemas para adaptarse a la experiencia del aprendizaje virtual.
Determina qué es mejor, un método asincrónico, sincrónico, o una combinación de ambos, y recuerda establecer las expectativas de clase con antelación. Por último, haz que la transición al mundo de la educación desde casa sea gradual para que tus alumnos puedan ponerse al corriente y triunfar en sus estudios.