En la era de la tecnología hay grandes innovaciones que facilitan nuestra vida. La llegada del internet y las redes sociales son ejemplos claros de cómo la conectividad ha cambiado, incluyendo nuestra perspectiva de la cotidianidad y los retos que representa.
Toda innovación viene con sus retos, con sus pros y contras. Esta era de la información, por ejemplo, nos ha rebasado en más de una ocasión y ahora no es extraño escuchar términos como: hiperconectividad, desinformación, sobreinformación, sobrecarga informativa, etc.
Estos calificativos se dan por consecuencia de la gran cantidad de información disponible en la actualidad y lo difícil que es filtrar correctamente lo que consumimos. Esta sobrecarga, de manera paradójica, nos hace sentir más desinformados que nunca.